El compromiso con las tradiciones siempre es grande, al menos para mí como alcalde, pues forman un nexo de unión con nuestros antepasados, nos dicen de dónde venimos. En Barbolla, parte de ese patrimonio inmaterial se ha mantenido y otro no nos ha quedado más remedio que dejarlo marchar porque los tiempos son otros. 

Por ejemplo, hace años los quintos tenían un protagonismo muy destacado los días de carnaval, pero a día de hoy, independientemente de que no haya que cumplir con el servicio militar, cada vez son menos los jóvenes que viven en los pueblos y eso hace que no se pueda mantener la llama viva. Es verdad que nos siguen quedando las historias de los vecinos más mayores, ese patrimonio oral, que a través de este artículo también quedará recogido para que sigamos teniéndolo presente con el paso de los años. 

En cuanto a celebraciones populares, nuestra patrona es la Virgen de Soña, a ella está dedicada la iglesia parroquial de estilo románico. Desde hace unos años hemos recuperado la celebración de María Magdalena en su fecha, el 22 de julio.

Una tradición que sí que ha perdurado es la de subastar las andas de los santos para determinar dónde se coloca cada vecino a la hora de portar al santo. Actos como ese, no dejan de ser muestras de devoción, de sentimientos muy arraigados entre los propios vecinos. 

Fuente: El Norte de Castilla, 8 de mayo de 2021